Estudiantes de la asignatura Orientación e intervención psicopedagógica del quinto curso de Psicología de la Hispalense han llenado de ilusión y regalos a las siete familias que ocupan este asentamiento en Alcalá de Guadaíra.
La Navidad se ha adelantado unos días en el poblado chabolista de la Verea del Cerero, en Alcalá de Guadaíra, gracias a los estudiantes de la asignatura Orientación e intervención psicopedagógica del quinto curso de Psicología de la Universidad de Sevilla, que, aunque sea por unas horas, han llenado de ilusión y regalos a las siete familias que ocupan este asentamiento.Desde el año 2005, gracias a la perseverancia y el empeño de la profesora María José Lera, los alumnos de Psicología se convierten en improvisados Reyes Magos por un día. Hace dos semanas, los jóvenes visitaron el poblado para pedirle a todos sus miembros, niños y mayores, que hicieran su lista con los cinco deseos que quería para esta Navidad. «Somos entre 150 y 200 alumnos. Nos dividimos en grupos. Una de las niñas que nos tocó a nosotros pidió una bicicleta, pero la cambió rápidamente al recordarle su madre que necesitaba unas botas. Te das cuenta de que, a pesar que son niños, prefieren lo que les hace falta para su vida cotidiana», asegura Inma León, una de las estudiantes que ha participado en la iniciativa.
Los regalos se los llevaron el pasado martes. Fueron unas horas intensas que estos jóvenes nunca olvidarán: «Los niños se volvieron locos. Además, también vinieron los componentes de un circo y un hombre que hacía palomitas al estilo antiguo en un perol. Se lo pasaron muy bien y disfrutaron mucho». Una de las claves de esta iniciativa radica en que son los propios beneficiarios los que piden lo que más necesitan: «Eso es importante. Muchas veces se hacen iniciativas de este tipo pero sin saber qué necesitan realmente las personas. No se les pregunta».
Los alumnos se fueron interesando por la situación de este asentamiento por las explicaciones que la profesora Lera les daba en clase: «Ella ha conseguido cosas importantes. Los niños estaban escolarizados, pero no tenían manera de ir al colegio porque tenían que recorrer una carretera. Ahora los recoge un autobús. Son sólo siete familias, por lo que sería fácil que se solucionara su situación».
Los niños de la Verea pasarán unas buenas fiestas gracias a esta profesora comprometida con su situación y a sus alumnos.